Para
los bizcochos:
400
gr de harina (de repostería o bizcochona)
45
gr de maizena
1
½ cucharadita de levadura royal (sólo ½ si usamos harina bizcochona)
1
cucharadita rasa de sal
500
ml de buttermilk
200
gr de claras (unas 6 claras, aprox)
340
gr de azúcar
185
gr de mantequilla (a temperatura ambiente)
1
cucharada de esencia de vainilla
Colorante
rosa
Para
la cobertura:
500
gr de nata para montar
250
gr de queso mascarpone
300
gr de queso Philadelphia
140
gr de azúcar glass
1
cucharadita de esencia de vainilla
Elaboración:
* Los
bizcochos:
Precalentar
el horno a 170ºC.
Engrasar los moldes con spray desmoldante (en mi caso, 2 moldes de 18 cm) y forrar las bases con
papel de hornear.
Tamizamos
la harina, la maizena, la levadura y la sal (en Thermomix, 15 seg, vel 5).
Reservar.
Batir
el buttermilk, las claras y la vainilla (TMX: 1 min, vel 3). Reservar.
Batir
la mantequilla con el azúcar a velocidad
media hasta que se haya disuelto el azúcar y quede una cremita suave (TMX: 3
min, vel 2 ½)
Tenemos
que mezclar esa crema de mantequilla con los ingredientes secos (en 3 veces),
alternados con los líquidos (en 2 veces). En Thermomix, ponemos la máquina a
velocidad 3 sin programar velocidad, y añadimos, cada 20 o 30 segundos: 1/3
mezcla de harina, ½ claras con buttermilk, 1/3 mezcla de harina, el otro ½ de
mezcla de harina, y el último 1/3 de claras con buttermilk (hay que empezar y
terminar con los ingredientes secos, alternado con los ingredientes líquidos
para que todo se integre bien).
Pesar
la masa y dividirla en 4 partes iguales (en mi caso pesaba 1580 gr, por lo que
la dividí en 4 partes de 395 gr). Cada parte la ponemos en un cuenco para
colorearla con un tono de rosa. Usamos un mismo colorante y vamos añadiendo 1
gotita en la primera, 2 en la segunda… Tenemos que mezclar bien cada masa para
que el color quede completamente uniforme.
Como
usé 2 moldes iguales, horneé los bizcochos de 2 en 2. Cada 2 bizcochos tardaron, a 170ºC,
unos 20 minutos en estar cocidos (hay que comprobarlo con un palo de brocheta).
Dejamos
enfriar los bizcochos en una rejilla.
Yo
suelo hacerlos de un día para otro, para que se desmoronen menos, por lo que
cubro bien con film transparente cada bizcocho y los guardo en la nevera hasta
el día siguiente.
* La
cobertura:
Montar
la nata bien fría junto con una cucharada de queso Philadelpia (TMX: con
mariposa, en velocidad 3 ½ hasta que “suene” a montada). Reservar.
Sin
lavar el vaso, poner el Philadelpia, el mascarpone, el azúcar glass y la
esencia de vainilla (TMX: sin mariposa, vel 4, 20 seg).
Mezclar
la crema de quesos con la nata reservada con movimientos envolventes. En este
caso, como quería que la tarta fuera también rosa por fuera, he añadido una
gotita del mismo colorante rosa utilizado en los bizcochos (probablemente
hubiera sido más fácil si lo hubiera puesto con la nata al montarla o con los
quesos al mezclarlos).
* Montaje
de la tarta:
Sobre
el plato que vayamos a utilizar para servir la tarta colocamos 4 tiras de papel
de horno para que no se manche, y sobre éstas colocamos el primer disco de
bizcocho (yo he puesto el rosa más intenso en primer lugar). Cubrimos
con la crema de nata y queso, que
servirá de pegamento con el siguiente disco.
Colocamos el segundo encima, y
volvemos a cubrir con la crema, así hasta colocar los 4 discos. Cubrimos toda
la tarta también por encima y por los laterales de crema. No es necesario poner
mucha cantidad. Es para que cuando pongamos las rosas encima el fondo se vea
del mismo color y no se vean los bizcochos.
Alisamos
ligeramente la superficie (no hay que exagerar, que se va a tapar por
completo), y guardamos la tarta en la nevera para que coja cuerpo la crema de
nata y queso y no se nos caigan las rosas cuando las vayamos haciendo.
Metemos
el resto de crema de queso y nata en una manga pastelera y la guardamos en la nevera al menos 1 hora
para que enfríe bien antes de hacer las rosas. Como ya comenté, la boquilla
recomendada para hacer las rosas es la 1M de Wilton, que se parece bastante a
esta del Ikea que yo utilicé.
Pasado
ese tiempo, tenemos que cubrir la tarta de rosas, empezando por la parte
inferior del contorno y subiendo hasta terminar en la parte central superior. Para
hacer cada rosa, empezamos por la parte central y vamos girando la manga
alrededor hasta llegar al tamaño deseado.
Guardamos
la tarta en la nevera hasta que la vayamos a servir (o a soplar las velitas)
En
este caso, como la tarta era para una niña de 3 años que quería una tarta rosa
y de princesas, le pusimos las muñequitas correspondientes.
Aquí
podéis ver lo bonito que queda el corte.
¡Buen
provecho!