La receta de hoy me acompaña
desde hace bastantes años. Esta es la glasa real que uso para decorar mis galletas desde que la
aprendí en el curso de Mensaje en una galleta. Anteriormente hacía la glasa con
claras de huevo, pero desde que probé a hacerlas con albúmina ya no he vuelto a
cambiar, ya que es mucho más estable y queda siempre igual; así evitamos
sorpresas…
2
cucharadas y media (tablespoons) de albúmina: 15 gr
70
gr de agua
500
gr de azúcar glas extrafino (icing sugar)
1/4
de cucharadita (teaspoon) de cremor tártaro
Un
chorrito del aroma que queramos (opcional)
Elaboración:
Lo
primero que me gusta hacer es tamizar el azúcar glas. Dependiendo de la marcar
que usemos, a veces puede incluir pequeños granitos de azúcar que con total
seguridad acabarán atascando nuestra boquilla, así que me curo en salud y lo
tamizo antes de ponerlo en la Thermomix.
Mezclamos
los ingredientes secos: ponemos en el vaso 300 gr de azúcar glas, las 2
cucharadas y media de albúmina y el ¼ de tsp de cremor tártaro. Ponemos
papel film por debajo de la tapa antes de cerrarla (para evitar una nube
de polvo blanco) y trituramos a máxima velocidad durante 1 minuto.
Es
conveniente abrir el vaso al aire libre para liberar esa pequeña nube de polvo.
Incorporamos
el agua (70 gr) a los elementos secos y, si queremos que toda la glasa tenga el
mismo aroma, lo incorporamos ahora; si no, lo dejamos para el momento del
coloreado. Mezclamos durante 4 minutos a velocidad cuchara.
Incorporamos
el resto del azúcar y volvemos a batir otros 4 minutos a velocidad cuchara.
Ponemos
la mariposa, y batimos durante 6 minutos a velocidad cuchara.
Esta
es nuestra glasa madre, que habrá que conservar en la nevera dentro de un
recipiente hermético. Es conveniente poner papel film directamente en contacto
con la superficie de la glasa para evitar que forme costra. Si la guardamos así
de bien resguardada y en la nevera dura hasta 15 días.
Pronto
escribiré una nueva publicación en la que contaré cómo utilizar esa glasa para
decorar galletas.