El paté de perdiz de La Carolina (mi querido pueblo) es sin duda mi favorito. Además de comerlo simplemente untado en una tostadita (eso sí, con un chorreoncito de aceite de oliva) me gusta utilizarlo de otras maneras. Ya publiqué mi piononos de paté de perdiz y hoy os lo traigo en canapés, en los que van incluidos los acompañamientos preferidos en casa: el tomate confitado y la cebolla caramelizada o confitada.
Ingredientes:
Paté
de perdiz de La Carolina
Planchas
de pan de molde
Nata
ligera o leche
Elaboración:
Podemos
utilizar rebanadas normales de pan de molde sin corteza, pero es mucho más
cómodo y queda mejor si usamos rebanadas tipo “tramezzini”, de un tamaño mucho
mayor del habitual. Yo he usado estas:
Como
no queremos que el pan quede seco, pincelamos con un poco de nata o leche la
primera rebanada de pan. A mi me gusta usar la ligera de Puleva, que es más
ligerita y bastante líquida:
Untamos
la primera rebanada con paté de perdiz.
Cubrimos
con el tomate confitado.
Ponemos
otra rebanada de pan encima, y también la pincelamos con la nata.
Untamos
también con paté de perdiz.
Cubrimos
con la cebolla caramelizada (si no os gusta encontraros las tiras, también la
podéis tritutar antes de extenderla sobre el paté).
Ponemos
una tercera rebanada y volvemos a pincelar con nata. Podemos volver a untarla
de paté, aunque en este caso sólo la dejo así para adornarla al final.
La
cubrimos bien con film transparente y lo guardamos en la nevera para que repose
y todo se integre bien.
Cuando
haya cogido cuerpo podemos partirla en cuadraditos del tamaño deseado (yo lo he
hecho con el cuchillo jamonero). En este caso le he puesto un poquito de
cebolla caramelizada a cada porción.
Mirad el corte de cerca:
¡Que
aproveche!